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La dama del cuadro – un cuento en lengua de signos

Hoy vamos a hablar de nuestro último proyecto en lengua de signos: el cuento de La dama del cuadro.

Este cuento está disponible dentro de la antología Un confinamiento de cuentos. Con motivo del Día Internacional de las Lenguas de Signos, decidimos publicar esta propuesta tan especial sobre La dama del cuadro, cuyo proceso de creación descubriréis en este artículo.

Ilustración para La dama del cuadro, de Badyr Askandar.

¿Qué es La dama del cuadro?

La dama del cuadro es un relato de 7 páginas que consta de 2057 palabras. Está escrito en pasado, usando la figura de un narrador omnisciente que cuenta la historia.

En clave de misterio y fantasía, su trama aborda la insatisfacción personal y la proyección de los deseos a través de la obsesión por lo que no se tiene:

«Daniela es una joven que, tras la pandemia, visita el museo de su ciudad. Allí, la dama retratada en una de las pinturas cobra vida y ambas conversan sobre los parecidos y las diferencias de vivir en un cuadro y en la realidad… hasta que Daniela toma una decisión que cambiará sus destinos para siempre«.

Como autor, la historia me sedujo desde el primer momento, ya que la premisa era sencilla y universal: estaba seguro de que muchas personas podrían empatizar con lo que le ocurre a Daniela. Además, contenía muchas posibilidades a la hora de establecer puntos de giro y momentos de comedia entre las dos protagonistas. De ese modo, trabajé diseñando una estructura de tres actos con un prólogo inicial que funcionara como contexto de la historia.

Un cuento ilustrado

Conforme desarrollábamos Un confinamiento de cuentos, colaboramos con diversos artistas para desarrollar versiones ilustradas e independientes de algunos de los relatos. La dama del cuadro fue uno de estos casos, y el ilustrador que realizó el trabajo fue el italiano Badyr Askandar.

De ese modo, entre abril y mayo de 2020, empezamos a trabajar en dicha versión con ilustraciones.

Ilustración para La dama del cuadro, de Badyr Askandar.
El camino hacia la lengua de signos

Como se ha visto en el párrafo anterior, originalmente no estaba planteado realizar el cuento en lengua de signos hasta que un día, hablando con Mónica Díez, se nos ocurrió proponerle esta colaboración tan especial.

En este vídeo podrás conocer a Mónica, quien ya nos apoyó previamente en la adaptación a lengua de signos de Tiempo de blues y en la creación de los diálogos en lengua de signos de nuestro largometraje SWING! La vida d’un secret.


(El vídeo dispone de subtítulos accesibles en inglés y español).

Al principio Mónica tuvo sus dudas: en Tiempo de blues y SWING! ella había estado detrás de las cámaras y, aunque tiene gran experiencia delante de ellas (algo que puedes ver en su plataforma Fénix LS), en La dama del cuadro también tenía que traducir y adaptar el relato a su lengua materna con un reto añadido. Entre el narrador, Daniela y la mujer de la pintura, ¡Mónica tenía que interpretar a tres personajes totalmente distintos!

Se lo pensó durante unos días pero, finalmente, aceptó.

El proceso de adaptación

Con Mónica ya en el equipo, comenzamos a trabajar sobre papel la traducción del texto a lengua de signos (mediante el uso de glosas). Estas eran desarrolladas por Mónica, con quien luego realizábamos ensayos para ver si algún detalle tenía que cambiarse o pulirse.

Este proceso fue un tanto diferente al que llevamos en Tiempo de blues, pues en este caso no contamos con la figura del intérprete en lengua de signos para la mediación. Tanto Mónica como yo tenemos la suficiente competencia escrita, oral y gesto-espacial de las lenguas en uso durante el proceso de creación de la obra: el español y la lengua de signos.

Como nuestra comunicación era fluida y directa, pudimos centrarnos en el propio proceso creativo de La dama del cuadro mientras aprendíamos el uno del otro. Por ejemplo, Mónica adquirió conocimientos más profesionales sobre el mundo que rodea a la producción audiovisual. En mi caso, mejoré mi compresión en lengua de signos y aprendí nuevos detalles que pueden mejorar el disfrute de las personas sordas signantes a la hora de consumir contenidos audiovisuales. Sin apenas darnos cuenta, habíamos llegado al resultado final gracias a la producción, transmisión y recepción de conocimiento1 de la forma más creativa y bidireccional posible, fenómeno conocido como «translaboración«.

Detalle de las glosas del cuento, redactadas por Mónica Díez. Foto de Lina Soler.

Como puede verse en la fotografía superior, no solo fuimos traduciendo el guion a glosas sino que, al contar con las ilustraciones de Badyr, decidimos dividir el relato en distintas secciones o capítulos. De este modo, cada vez que una sección en lengua de signos termina, esta da paso a uno de los dibujos que sintetiza la información del capítulo.

Cada sección o capítulo termina con una ilustración. Hay 19 dibujos en total.

Mediante el uso de las ilustraciones conseguimos una estructura clara y fluida en la que el público asimilaría mejor la información en lengua de signos. Esto se debe a que tomamos cada dibujo como una pausa de asimilación de la información ofrecida; una síntesis que serviría de impulso para la siguiente sección en lengua de signos.

Gracias a ello conseguimos agilizar el proceso de grabación, ya que sabíamos en todo momento desde qué punto había que empezar cada toma y en qué momento terminaba cada una de las secciones.

Después, empezamos con la adaptación a imagen.

Un cuentacuentos en lengua de signos

Nuestra meta con esta producción era representar la lengua de signos como protagonista absoluta de la historia, sin subtítulos ni voces en off que la acompañaran. No olvidemos que esta lengua es de expresión y configuración gesto-espacial, rica en matices y detalles, por lo que cualquier estímulo extra en imagen podría resultar en una pérdida de información para el público al que nos queríamos dirigir: la Comunidad Sorda.

De esta manera, La dama del cuadro nos sirvió como un caso práctico para estudiar la representación visual de la lengua de signos en formato de cuentacuentos.

Si pensamos en la representación verbal de un cuento, generalmente el narrador tiende a jugar con los tonos de voz, el dinamismo en las frases, las pausas, extiende y destaca los momentos cómicos y dramáticos…

¿Cómo incluir todas esas características en La dama del cuadro?

Transformación del relato

1- Por un lado, algunas frases del texto original se eliminaron para preservar el sentido del ritmo de la producción. En este sentido, se han añadido varias piezas musicales para evitar que el vídeo quede mudo. Son piezas lineales, sin grandes cambios de intensidad, para que no distraigan al público de la narración en lengua de signos.

2- Además, a partir del cuarto bloque (minuto 01:43) se cambió el punto de vista del narrador de la historia. En el cuento original, existe un narrador omnisciente que describe los hechos en tercera persona, pero en lengua de signos pensamos que esto no iba a funcionar. Al ser un relato sustentado en una larga conversación entre las dos protagonistas, se optó por cambiar el enfoque a primera persona. De este modo, veríamos todo el tiempo las reacciones de Daniela y de la dama de una forma directa y cercana, buscando la empatía que se desprende en la historia.

Mónica haciendo el signo de la dama del cuadro. Foto de Lina Soler.

3- Para nosotros, el acting es muy importante.  Por eso, y después de comentarlo en profundidad con Mónica, decidimos incluir en La dama del cuadro gestos y acciones que no son propios de la lengua de signos, sino que únicamente servían para contextualizar mejor las escenas de la historia. Por ejemplo, cuando las dos protagonistas se cambian de ropa, Mónica intercaló mímicas de ese intercambio de prendas mientras signaba los diálogos.

Fotograma del momento en el que Mónica realiza un paso de ropa entre un personaje y otro.

4- Conforme avanza la historia, decidimos que la luz fuera un elemento que apoyara los sucesos. De ese modo, y sin entorpecer la armonía visual, Carlos Gutiérrez (nuestro director de fotografía) fue cambiando el color del contraluz. De ese modo, la silueta de Mónica iba modificando su color a medida que el relato llegaba a su final.

Contraluz azul para algunas escenas de la producción. Foto de Lina Soler.
Contraluz rojo para los momentos más dramáticos de la historia. Por Lina Soler.

5- Otra decisión que se tomó en rodaje para mantener la continuidad entre las partes en lengua de signos y los dibujos de Badyr, fue que, para concluir cada segmento, Mónica se quedara «congelada» en el último signo que hiciera. Así, la siguiente sección comenzaría con Mónica repitiendo ese último signo, para que dé la sensación de que nunca ha dejado de contar la historia, aunque hubiera una imagen en medio.

Esta decisión de congelar los signos antes de entrar a ilustración también nos ayudó en el montaje del vídeo, pues disponíamos de tiempo para fundir imagen real con dibujo.

Ejemplo de transición en La dama del cuadro. Las miradas, los ejes y posiciones entre dibujos e imagen real están muy cuidados.

6- Al final del vídeo, grabamos una explicación y breve análisis de La dama del cuadro. Esta vez, en un entorno y estilo muy diferente para contrastar visualmente con el resto de la historia. Este contenido también forma parte del libro Un confinamiento de cuentos, por lo que consideramos importante añadirlo a la versión en lengua de signos.

Explicación final de La dama del cuadro, con luz natural en fondo de ladrillo y ropa casual.

Una vez traducido el cuento y adaptado al formato de cuentacuentos y al medio audiovisual que íbamos a emplear… ¡ya estábamos listos para el rodaje!

Rodaje

Para contar con un nivel de producción a la altura de las ilustraciones y las estupendas dotes de actriz de Mónica, llamamos a nuestro estudio de confianza: Llumm Studios.

Fachada de Llumm Studios, fotografiada por Lina Soler.

Carlos Gutiérrez, gran amigo y profesional, fue nuestro director de fotografía. Entre los tres, decidimos ir a lo clásico en lo que a grabación en lengua de signos se refiere: fondo negro, contraluz para recortar la figura de la narradora y… ¡adelante!

Rodando en Llumm Studios. El vestuario de Mónica debía de ser todo negro para facilitar la identificación de los signos a la hora de interpretarlos. Foto de Lina Soler.

Como nota en lo referente a la configuración de la cámara, tuvimos en cuenta que la velocidad de obturación debía de ser la máxima posible para que las manos, al moverse tan rápido, no quedaran borrosas.

Subiendo este parámetro de la cámara a 100, incluso a 200, se consigue una gran nitidez y claridad de la lengua de signos.

Rodando en Llumm Studios. Foto de Lina Soler.
La dama del cuadro en lengua de signos

Cabe decir que, cuando le propusimos a Mónica protagonizar el cuento, sabíamos que lo iba a hacer genial. No obstante, ¡nos sorprendió muchísimo! Parecía que el cuento estaba hecho para ella.

Mónica Díez interpretando a Daniela. Foto de Lina Soler.
Mónica Díez signando La dama del cuadro. Por Lina Soler.

De nuevo, el rodaje se realizó sin la mediación de un intérprete en lengua de signos. ¡Qué bonito es trabajar la creatividad sin barreras de comunicación!

Miguel Ángel Font dirigiendo a Mónica Díez en lengua de signos. Foto de Lina Soler.

Es importante recalcar que, desde miCINEinclusivo.com, no queremos infravalorar la figura del intérprete de lengua de signos ni la de otros agentes que median entre las personas signantes y las no signantes. Sin embargo, nos gustaría incidir en lo vital que es una educación que fomente el  acercamiento a la lengua de signos para conseguir una inclusión real.

El resultado final

Tanto hablar del proyecto y… ¿dónde puede verse?

Aquí mismo. ¡Esperamos que lo disfrutes!

Muchas gracias a todo el equipo que ha hecho posible este trabajo, incluyendo a nuestra fotógrafa Lina Soler. Sin su gran labor de documentación, este blog no hubiera sido tan ilustrativo como se pretendía.

Conclusión

Si has llegado hasta aquí, ¡muchísimas gracias por tu interés! Esperamos que este artículo te haya servido para reafirmar el potencial y la riqueza que tiene la lengua de signos, ya no solo a nivel comunicativo, sino también como elemento artístico y narrativo.

Esta ha sido nuestra meta desde el principio: destacar la responsabilidad y el tratamiento adecuado que deben de incorporarse a los contenidos audiovisuales en lengua de signos. Para ello, es muy importante contar SIEMPRE con personas sordas en el equipo. Así, este colectivo se sentirá identificado con el proyecto y podrán acceder de manera óptima a nuevos formatos culturales a través de su propia lengua.

Miguel Ángel Font dirigiendo la producción de La dama del cuadro. Foto de Lina Soler.

Cabe destacar que, aunque hemos hecho un gran número de modificaciones y adaptaciones para que el texto escrito funcionara en lengua de signos, pensamos que el mensaje del cuento y su estructura sigue siendo la misma. Por ello, consideramos este proyecto como una traducción adaptada y no como un proyecto nuevo e independiente.

Podríamos adscribirlo a nuestra metodología de cine inclusivo resumiéndolo en los siguientes puntos clave:

1- Conocimiento previo de las herramientas accesibles, lenguas
y formas de comunicación propias de las personas con discapacidad.

2- Participación activa de los usuarios con discapacidad en el proceso creativo y diseño de la obra.

3- Conocimiento previo y experiencia del equipo con discapacidad del medio artístico y sus recursos.

4- Desarrollo creativo de la accesibilidad por parte de todo el equipo, desde el guion/briefing, hasta la distribución.

5- Testeo conjunto del producto final.

Ha sido un verdadero placer trabajar en este proyecto y, esperemos, ¡sea el primero de muchos más!

Sobre el autor de este blog.