Uno de los principales temas de mi filmografía es lo increíblemente difícil que resulta comunicarse, y la soledad que se siente al no tener a nadie con el que sentirse uno mismo.
«Tiempo de Blues«, «XMILE«, o «SWING!» son claros ejemplos: sus personajes viven aislados e incomprendidos, esperando a que alguien se fije en todo lo bueno que tienen por ofrecer. Pequeños brillos de los que solo se ven tímidas pistas a lo largo del metraje.