En este artículo, culminamos nuestra serie dedicada a los monólogos e improvisación como herramientas cruciales para mejorar las habilidades actorales con un caso de éxito. Un ejemplo claro de esto es uno de nuestros monólogos originales, creado para el talentoso actor Unai Liarte, que ha alcanzado cifras impresionantes en redes sociales.
Los resultados hablan por sí mismos: más de 85,000 visitas en Instagram (con más de 4,500 likes) y más de 150,000 visitas en TikTok. Este logro destaca el excelente trabajo de Unai y el equipo involucrado, resaltando especialmente la habilidad de caracterización de Nadia Vilaplana.
Práctica de monólogos
Recuerda que los monólogos son fundamentales para ejercitar la memorización, analizar el relato, estudiar a los personajes y preparar audiciones. Trabajar con este formato implica explorar, improvisar, disociar y combinar acciones físicas con una declamación clara y emotiva.
Cuando practiques un monólogo, es esencial revisarlo y analizarlo, dividiéndolo en secciones narrativas y comprendiendo las intenciones que los autores desean transmitir a través de tu actuación. Debes conocer el entorno, quién eres, cómo te sientes y quién te acompaña.
Monólogo «Sin dormir»
Desde miCINEinclusivo te ofrecemos este monólogo como un recurso valioso para tu entrenamiento actoral. Perteneciente al género de terror, su sinopsis es la siguiente:
Una noche, Amanda recibe una llamada de su amigo Iván, a quien no ha visto en casi un año. Aunque se alivia al escuchar su voz, algo extraño parece estar sucediéndole a Iván. Amanda decide visitarlo para descubrir el motivo de su prolongada ausencia, enfrentándose a un secreto para el cual quizás no esté preparada.
El vídeo fue filmado durante el curso «Interpretación para cine» en la escuela de artes escénicas Totart en Valencia.
Texto completo del monólogo de Miguel Ángel Font Bisier:
Ay, hola Amanda. Gracias por venir. Perdona que no me levante; pasa, pasa y siéntate. ¿Qué tal? Oye, ¿te importa que sea directo contigo? Necesito hacerte una pregunta. Vale, pues ahí va. ¿Cuánto es lo máximo que has estado sin dormir? Claro, un día y pico, normal… Lo que responde casi todo el mundo. Una noche de fiesta que se alarga, porque lo estabas pasando bien. Cuánto me alegro. De verdad, cuánto me alegro por ti. Muy bien. ¿Eh? ¿Yo? ¿A qué te refieres? Ah, ¿qué cuánto he estado yo sin dormir? Pues… llevo seis meses. Más de ciento ochenta días. Oye. Oye, esa cara que has puesto no me ha gustado. ¿Por qué no me crees? Mírame, ¡mírame bien! ¿Qué no se nota? Joder, pues claro que algo me pasa. ¡Que no he dormido en medio año! Que sí, Amanda. ¡Que sí! Necesito que me creas. Por favor. ¿Vale? ¿Seguro? Bu… bueno, está bien, está bien. Sí, mis padres claro que lo saben. Y mi hermana. Ellos están igual. Deambulan por aquí por casa como locos, hablando entre dientes y preguntándose lo mismo que yo. ¿Por qué recibimos aquella nota en la puerta? Con este símbolo tan extraño. ¿Qué habíamos hecho para recibirlo? A partir de entonces, todo empezó. El picor bajo los párpados cuando cerramos los ojos. El eterno mareo por el cansancio que acumulamos… Es horrible. Asqueroso. No te lo imaginas, Amanda. No sabes la angustia que sentimos. Solución, ¿qué solución? Lo hemos probado todo, alcohol, pastillas, hasta golpearnos para dejarnos inconscientes. Y nada. ¡Te lo juro! Nos caemos al suelo, doloridos y sollozando, pero con los ojos abiertos como platos. ¿Sabes? Papá casi se suicida hace un mes, pero al final se arrepintió. Soltó la cuchilla cuando iba por la mitad del primer corte y no veas cómo puso el baño… Cuánta sangre. Uf… Me mareé y caí de espaldas, pero seguí despierto y con la ropa teñida de rojo. No sé, Amanda. ¿A ti se te ocurre algo? ¿Nada? ¿Seguro? No digas eso, por favor. Sé que te lo tendría que haber contado antes. Es verdad. Pero es que no sabíamos nada, ni siquiera cómo enfrentarnos a esta situación sin hacernos daño o volvernos más locos de lo que ya estamos. Hasta ayer. Estábamos cenando cuando llamaron a la puerta. Al abrir, no había nadie. Solo una nota en el suelo. Me agaché, y así pude leer lo que ponía. Tenía el mismo símbolo que la anterior, pero esta vez decía: “pásalo”. Pásalo, pásalo… al principio no entendí nada, pero luego lo vi claro. Por eso te llamé. No, no. No te asustes, Amanda, por favor. Quieta. ¡Quieta! ¡Será mejor! ¡No! ¡Papá, cógela! ¡Cogedla! Eso es. Así. Shhh… shhh… Es solo un momento. Abre la boca. ¡Que la abras! Perfecto. Espero que anoche tuvieras un lindo sueño… porque me da que será el último en mucho, mucho tiempo.
Recuerda que es crucial buscar nuevas formas de mejorar en áreas donde puedas no tener tanta experiencia. No dejes de leer y estudiar, inspírate en referentes de la industria, sumérgete en el personaje que estás interpretando, confía en ti mismo y, sobre todo, disfruta de lo que haces.
En miCINEinclusivo, estamos aquí para ayudarte a crecer en el mundo actoral a través de la creación de videos para tu marca personal, videobooks o la grabación de monólogos para audiciones como herramienta de marketing que te prepararán y abrirán puertas en la industria del cine.
Solo tienes que escribirnos a hola@micineinclusivo.com y nos pondremos manos a la obra.
Esperamos que este contenido te impulse a seguir creciendo en tu carrera profesional. Estamos atentos a tus comentarios.