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I – Presentación
Buenas tardes. Ante todo, muchas gracias por recibirme en una cámara tan importante como es el Senado, a través de la solicitud que registró Pilar Lima desde el grupo parlamentario de Podemos.
Sinceramente, nunca pensé que esto llegara a ocurrir, lo ves tan lejano desde el salón de tu casa, pero cuando Ángel Mesón me llamó y recibí la carta de invitación del Presidente de la Comisión de Cultura, la sensación fue de sorpresa. Sorpresa, que se fue convirtiendo en un gran sentido de responsabilidad, porque he venido para contarles la historia de un proyecto que abarca casi cuatro años de mi vida.
Un trabajo extenso y complejo, con un impacto social e inclusivo sin precedentes y que me ha permitido sacar conclusiones que deseo compartir con ustedes.
¿De qué vamos a hablar? De XMILE, el primer cortometraje que combina los 5 sentidos y pistas de accesibilidad, consiguiendo que personas con y sin discapacidad sensorial, vivan una experiencia cinematográfica juntos y sin barreras.
Toda historia comienza con la presentación de los personajes: Mi nombre es Miguel Ángel Font Bisier, tengo 30 años y soy realizador audiovisual. Desde 2010, y gracias a la colaboración de muchos profesionales, he compaginado producciones estrictamente laborales con otras independientes, explorando la parte experimental y divulgativa del medio audiovisual.
II – ¿Qué es XMILE?
En este sentido, XMILE ha sido un paso más. La idea se me ocurrió a finales de 2013. Quería contar una historia que mezclara el cine de ciencia ficción con el mundo de la moda.
Su nombre combina la palabra SMILE, «sonrisa» en inglés, con la letra Equis. Una Equis que puse para reflejar lo prohibido, lo sensual y lo futurista de la trama, aunque su significado ha ido cambiando con el paso de los años. Pero no quiero adelantarme, estábamos con el tema de la moda.
La intención era que un diseñador realizara una colección de vestuario exclusiva para que, una vez estrenáramos el cortometraje, las proyecciones contaran con una exposición del vestuario de la película.
El diseñador en cuestión fue Fidel David. Creó más de veinte estilismos para todos los personajes de la historia, mezclando telas y prendas futuristas con otros diseños que remiten a épocas como el Gótico o el Rococó.
El rodaje comenzó a finales de 2014. Duró 3 días. Seis meses después, durante la fase de montaje, se me presentó la opción de poder incluir el sentido del olfato durante las proyecciones del cortometraje.
XMILE aún no estaba terminado, así que modificamos la edición, sonidos y determinados efectos visuales para que el olfato entrara en el discurso audiovisual de XMILE de forma natural, eligiendo con mucho cuidado los aromas que acompañarían a la película.
Recuerdo marzo de 2015, fue cuando olí por primera vez mi película, una experiencia bastante curiosa para un director, y empezar a darle vueltas a una idea:
Sumando los sentidos de los que dispone XMILE, es decir, vista, oído, olfato y tacto con los vestuarios de Fidel, ¿a quién puede servirle todo esto? Pensé en las personas que tienen un sentido menos, o un sentido mermado. O incluso personas con 2 sentidos menos: las personas Sordociegas.
La pregunta que surgió a continuación estaba clara: ¿cómo ve una persona ciega una película?
III – Accesibilidad y multisensorialidad
Mañana, 13 de junio de 2017, hará un año desde que me puse a investigar. Me entrevisté con personas de distintas asociaciones, me gustó lo que escuché, y decidí llevar a cabo la accesibilidad de XMILE.
Desde entonces, aprendí lo que era una audiodescripción, cómo se subtitula para personas sordas, la normativa estilística española, las herramientas de accesibilidad audiovisual, su legislación, lo que significa el diseño universal… un año adentrándome en un mundo que pasa desapercibido para muchas personas y que descubrí casi por casualidad.
Primero escribí la audiodescripción, el sistema acústico por el que las personas con discapacidad visual pueden seguir las películas. Consiste en la realización de una pista de audio en la que un narrador, con un tono de voz neutro, describe al espectador la información que no puede recibir a través del canal de la vista. Estas descripciones se incluyen cuando no hay diálogos en las escenas.
Luego vinieron los subtítulos accesibles. Estos no consisten en transcribir todo el diálogo, muchas veces hay que adaptar palabras o frases para facilitar la lectura y comprensión por parte de las personas sordas. Además, los diálogos se ponen con distintos colores para identificar al personaje que habla y, en el lateral superior derecho, se incluyen informaciones acústicas del entorno, por ejemplo, efectos de sonido o si suena música en la escena. También se contemplan articulaciones sonoras de los personajes como jadeos, gruñidos, risas, etc.
Aunque la audiodescripción y el subtitulado son los principales recursos de accesibilidad en este campo, también existen otros que hemos conocido e incluido en XMILE: lengua de signos, la instalación de bucles magnéticos, o aplicaciones para el móvil que permiten acceder a las pistas de accesilibidad, sincronizándose vía wifi con la proyección.
Y, ¿por qué hacer todo esto? Una de las muchas razones, es que a todos nos gusta que nos cuenten una buena historia, y yo quería llevar XMILE a todas las personas que fuera posible.
Desde que amanecemos hasta que nos acostamos, somos seres sociales, comunicativos; y no perdamos de vista este dato: vivimos en la sociedad más social y audiovisual de la historia.
Octubre de 2016, solo nos faltaba el sentido del gusto para completar el proyecto, así que nos pusimos manos a la obra: como en XMILE hay varias secuencias en las que aparecen bebidas de colores futuristas, decidimos hablar con la coctelería Hawaika, que las hizo realidad de una forma muy especial: por ejemplo, esta bebida verde que estáis viendo y puede remitiros a un sabor ácido, ¡sabe a chicle!
De esta forma, nuestro proyecto ha podido llegar a todo su público, numeroso y con capacidades sensoriales muy diversas.
Muchas veces me preguntan si tengo algún familiar o amigo con discapacidad; la verdad es que no. Los amigos con discapacidad han venido luego, y es que muchas asociaciones se han volcado con el proyecto de forma activa y desde aquí me gustaría agradecer a todas, su participación:
CERMI CV, Asocide CV, AVACOS – H, CALCSICOVA, Fesord CV, Red Proyecto Social y ONCE.
XMILE nació como una propuesta experimental, de crecimiento y de aprendizaje, y cada paso nos daba más fuerza.
Por eso, no terminamos la postproducción de XMILE hasta que no tuvimos claras las pistas de accesibilidad, consultamos ya no solo a profesionales del sector o asociaciones, sino a un gran número de personas con discapacidad, para que el resultado fuera el mejor posible.
IV – Aprendizaje y sordoceguera
¿Anécdotas? Muchas.
Las primeras pruebas de audiodescripción contenían palabras que algunas personas ciegas no entendían. En una escena de XMILE, los personajes comen estos dulces franceses llamados “macarons” y muchas personas ciegas, al escuchar esta palabra, entendían que estaban comiendo macarrones, algo que les extrañaba mucho, porque a ver qué hay de fashion o de futurista en comer macarrones.
Otra anécdota es cómo llegamos a incluir a las personas Sordociegas dentro de la obra audiovisual. AUDIO-VISUAL para personas con dificultades auditivas y visuales.
Esto es algo difícil, porque al conocerlo, descubres que es un grupo heterogéneo, con necesidades muy diversas: Hay personas ciegas con resto auditivo, personas sordas con resto visual, personas Sordociegas con resto auditivo y visual y personas Sordociegas totales.
Las herramientas que hemos mencionado anteriormente (audiodescripción, subtitulado, lengua de signos) suelen funcionar con los tres primeros grupos, pero yo quiero incidir en el cuarto: en el caso de una persona Sordociega total: sordera y ceguera profunda.
La solución es que la persona Sordociega venga acompañada de dos guías-intérpretes. Uno le transmitirá el diálogo que acontece en la película a través de la lengua de signos apoyada o el dactilológico en palma (deletreo de palabras en la palma de la mano) mientras que el otro profesional le transmite el contexto de lo que está aconteciendo con pautas establecidas en la espalda.
Habiendo conocido este sistema, lo primero que hice fue hablar con los guías-intérpretes y, juntos, escribir un guion que estaba sincronizado con las emisiones de olor de la sala. Así, las personas Sordociegas totales contaban con las herramientas de olor, la vibración de la butaca a través del sonido de la sala, y la guía-interpretación a modo de audiodescripción y subtítulos simultáneos.
Además, antes de entrar en sala, usábamos todos los elementos de vestuario y las bebidas XMILE como si fueran el tráiler interactivo de la película. Así, las personas Sordociegas (siempre con la ayuda de sus guías-intérpretes) se metían en situación y conocían a los personajes.
Complicado, pero no imposible.
V – Cine de Diseño Universal
Y aquí es donde entra el Diseño Universal.
Ya no hablamos de integración, hablamos de inclusión total. De inmersión en una propuesta viva, que evoluciona, y desde la que proponemos distintas actividades para todos los sentidos y públicos: Desde ver el corto con los ojos cerrados a través de la audiodescripción, a escuchar música con las manos, a través de las vibraciones de un globo… Llenamos las salas de personas con diversidades sensoriales, que pudieron compartir una misma historia.
Esto ha generado un inevitable impacto social, cultural y educativo:
Los espectadores han vivido una realidad sensorial diferente que les invita a reflexionar y muchas personas con discapacidad se han conocido a través de nuestros eventos e incluso han descubierto herramientas para disfrutar de contenidos accesibles.
En casos extremos, hemos visto personas que con cincuenta años era la primera vez que venían al cine.
También, atraídos por la novedad de la propuesta, directores, productores, guionistas, profesores y estudiantes se han acercado a conocer esta nueva manera de plantear el audiovisual, y hemos realizado conferencias en las que, a través de la empatía, ofrecemos una perspectiva diferente del mundo que nos rodea y del todos que formamos parte.
Incluso el Grupo de Investigación en Discapacidad y Comunicación, de la Universidad CEU Cardenal Herrera, ha desarrollado una investigación alrededor de nuestra propuesta.
VI – Un momento de reflexión
Pero seamos realistas. Hacer un cortometraje multisensorial es algo complicado e inusual (prácticamente podemos decir que esto es la primera vez que ocurre en la historia del cine) pero el hecho es que, de XMILE, se pueden sacar distintas conclusiones y propuestas que me gustaría compartir con ustedes.
Para empezar, me gustaría invitarles a pensar por un momento en cómo harían la audiodescripción de la siguiente escena.
Complicado, ¿no? Sería muy interesante ahora ver quien se ha fijado más en los actores, en el vestuario, en la época o en el tipo de plano, colores, emociones… ¿Por dónde empezar?
Este es el día a día en la vida de un audiodescriptor español. Coger obras terminadas, densas y complejas, e intentar transmitirlas a través del canal auditivo. Obras en las que sus propios autores dejaron de trabajar hace tiempo.
Por tanto, llevar gran parte del cine a las personas con discapacidad es muy complicado.
Pero en el cine siempre hay un momento en el que todo son ideas, palabras y conceptos: el inicio del proyecto, el origen.
Un inicio que luego se convirtió en imágenes y sonidos inolvidables. Y, ahora por qué no, en audiodescripciones cargadas de la fidelidad y emoción que emanan de la película. Por eso, la accesibilidad tiene que estar integrada como un elemento más del discurso audiovisual. Para que la esencia de lo que estamos comunicando no se pierda nunca.
En mi caso, al ser el guionista y director, tenía todas las respuestas y el reto consistía en jugar con la parte creativa de la audiodescripción, convirtiéndome en el primer director español en realizar estas tareas. Y espero dejar de ser el único, la experiencia es increíble.
Esta experiencia me ha cambiado por dentro, nunca voy a volver a dirigir, escribir, ver, escuchar o comunicarme igual.
VII – Tecnología y contexto español
Todo esto no valdría de nada si no existieran herramientas tecnológicas que puedan transmitir la accesibilidad de forma no invasiva a los espectadores.
Antes, si una persona ciega iba al cine, generalmente quedaba con alguien que pudiera ver la película y se la susurrara al oído, algo que molestaba al resto de espectadores y generaba problemas en las salas, pero esto ya no es así. Y España es de los países con las tecnologías más económicas y punteras al respecto.
Estas tecnologías utilizan los dispositivos móviles para el envío de la audiodescripción, el subtitulado adaptado y la lengua de signos. Estoy hablando de Whatscine, implantado en más de 400 salas de toda España, y que ha conseguido que las personas ciegas y sordas puedan acceder a estrenos de cine todas las semanas con audiodescripción, subtitulado y lengua de signos.
Su último proyecto, GoAll, permite que las personas sordociegas “vean” la televisión a través de una línea braille.
Sí, en España tenemos, repito, más de 400 salas de cine accesibles, y poco a poco se va creando más contenido (se estrenan de 2 a 4 películas accesibles por mes).
Pero claro, su accesibilidad se realiza a posteriori, con las desventajas de este proceso, además de que el número de cines en España es mucho mayor y, cada semana, se estrenan una media de 8 películas. Por eso, estar aquí, ante ustedes, es un paso necesario para seguir avanzando.
Hablemos claro. Accesibilizar una película cuesta menos de 2000 euros. Esto, dentro de la partida presupuestaria de una película no supone un gran esfuerzo. Y la cantidad todavía suena más pequeña cuando hablamos de cuántas personas pueden beneficiarse con estas herramientas. Un 5% de la población española tiene discapacidad audiovisual, unos dos millones de personas, según los datos públicos.
Por tanto, si a nivel creativo hemos dado con soluciones claras y las herramientas están ahí a precios razonables, el campo está más que abonado para potenciar e incentivar la normalización de algo tan básico y recogido en no uno sino dos artículos de la Carta de los Derechos Humanos:
Artículo 22: “Toda persona, como miembro de la sociedad, tiene derecho a obtener, mediante el esfuerzo nacional y la cooperación internacional, habida cuenta de la organización y los recursos de cada Estado, la satisfacción de los derechos sociales y culturales, indispensables a su dignidad y al libre desarrollo de su personalidad.”
Artículo 27: “Toda persona tiene derecho a tomar parte libremente en la vida cultural de la comunidad, a gozar de las artes y en los beneficios que de él resulten.”
XMILE, Whatscine, o GoAll, son claras muestras de que a nivel creativo y tecnológico estamos preparados para dar este salto.
Y, ¿qué consecuencias podría tener?
VIII – La inclusión cultural: una meta imprescindible
El acceso total a la cultura rompe barreras, nos aporta lecciones y valores, une a las personas; genera puestos de trabajo para personas con discapacidad dentro del sector.
Sirve para que un niño ciego pueda acceder a audiodescripciones más precisas de las películas de dibujos, pudiendo comentarlas con los niños de su clase en vez de aislarse por no saber de qué están hablando.
Por su parte, un buen subtitulado no solo es importante para las personas sordas o Sordociegas; también para que nuestros mayores puedan seguir mejor los contenidos o para que las personas extranjeras mejoren el aprendizaje de nuestra lengua.
El acceso a la cultura permite que, si una persona pierde la vista o el oído, afronte mejor la situación, sabiendo que hay recursos que lo amparan.
El acceso a la cultura es un derecho, no un privilegio y, para conseguirla, tenemos que potenciar que la accesibilidad esté presente desde la primera pantalla de exhibición. La que más espectadores necesita y una de las más importantes para las películas: la pantalla del cine.
Tengamos en cuenta la longevidad de una película. Seguimos consumiendo cine de hace 50, 60 o incluso 70 años, por lo que estas herramientas sirven para siempre, para muchas generaciones de personas. Además, las televisiones están obligadas por la Ley 7/2010, de 31 de marzo a tener un elevado porcentaje de contenidos accesibles, por lo que solicitan las películas de esta manera…
Entonces ¿qué mejor forma de estar preparados que integrarlo como una parte inamovible del proyecto?
Así como damos por entendido que una película tiene que tener sonido, o que un cine ha de ser accesible para personas con discapacidad física, deberíamos de sentir lo mismo con la accesiblidad sensorial.
IX – Conclusiones
Tenemos suerte: un idioma rico, conocimiento sobre la materia, tecnología, solidez en el doblaje de las películas, iniciativas pioneras y voluntad de avanzar, organizaciones potentes para las personas con discapacidad, más de 400 cines accesibles, cadenas de televisión privadas que empiezan a apostar por esto…
No hay que conformarse con la ganga, o lo simple: este es un tema complejo, poliédrico.
Cuidemos nuestra cultura, nuestro legado, hagamos de nuestra sociedad un apoyo que facilite la superación de toda condición. Busquemos la forma de incentivar a productoras, televisiones, salas de cine y distribuidoras; a directores y guionistas, asociaciones, todos formamos parte del cambio.
En los últimos tres años, más de 20.000 personas con discapacidad sensorial han acudido a los cines accesibles.
Con XMILE, los números son más humildes, pero hemos tenido pases con más de 50 personas con discapacidad en una sala para cien espectadores. La demanda es real, y son números que irán subiendo exponencialmente conforme se vaya normalizando el consumo cultural entre estos colectivos, que muchas veces se sienten ajenos a estos contenidos.
Creo haber demostrado que no es difícil que juntos lleguemos a niveles superiores. XMILE puede haberse adelantado a su tiempo, pero esto no quiere decir que tenga que caer en saco roto o quedar en una rareza de un equipo de soñadores.
Esto es una realidad donde no importa la ideología o el partido político. Unámonos y avancemos, entendamos esta sociedad como una sola, que respeta por igual a todas las personas. Sigamos el ejemplo de otros países, donde ya se contempla que las producciones realizadas con dinero público han de incluir la accesibilidad como parte imprescindible de la obra.
Pero necesitamos crear nuevas medidas: educativas, de visibilidad, institucionales, legislativas, de calidad… Es el momento y es bueno para todos; poseemos todas las piezas para construir la solución. Solo hace falta ponerlas en orden.
Hace cuatro años, yo me pregunté cuánto valía una sonrisa auténtica… pero aquí digo:
¿Cuánto valen todas las sonrisas?
12 de junio de 2017.
Quiero agradecer la asesoría para esta comparecencia de Whatscine, Asocide CV, Culturarts, Universidad Cardenal Herrera CEU, Fesord CV, Universidad Carlos III, Fiapas, Helix, Cermi CV. También a todas las personas que han colaborado en ella y la han leído, ayudándome a pulirla hasta llegar a su versión final.