La entrada en vigor de la Ley Europea de Accesibilidad (Directiva UE 2019/882) este sábado 28 de junio de 2025 marca un hito crucial para toda la Unión Europea. Esta legislación exige la accesibilidad en ámbitos tan fundamentales como el número de emergencias 112, la banca, el transporte público, ordenadores, televisiones y, vital para nuestra industria, los sistemas de reproducción de audio y vídeo. Un paso decisivo para los casi 100 millones de personas con discapacidad en la UE, como señala Jesús Hernández-Galán, director de AccessibleEU:
"Esta ley reconoce que la accesibilidad no es un añadido, sino una condición esencial para vivir con autonomía, seguridad y dignidad".

El mandato claro de la Ley Europea: el Diseño Universal como imperativo
La Ley Europea de Accesibilidad especifica el principio rector para lograr la accesibilidad:
"Debe lograrse la accesibilidad a través de la supresión y evitación sistemáticas de las barreras, preferiblemente a través de un planteamiento de diseño universal o «diseño para todos», que contribuya a garantizar el acceso de las personas con discapacidad en condiciones de igualdad con los demás. De acuerdo con la Convención, por ese planteamiento 'se entenderá el diseño de productos, entornos, programas y servicios que puedan utilizar todas las personas, en la mayor medida posible, sin necesidad de adaptación ni diseño especializado'."
En resumen, la accesibilidad debe ser inherente al producto o servicio, concebida desde el inicio para que no requiera adaptaciones posteriores. Si bien la ley aclara que «el ‘diseño universal’ no excluirá las ayudas técnicas para grupos particulares de personas con discapacidad, cuando se necesiten», la preferencia por la creación sin barreras desde el origen es inequívoca.

El cine inclusivo materializa el Mandato Europeo
El diseño universal es el principio que aplicamos en nuestra plataforma desde hace años. Nuestra metodología se basa en integrar la accesibilidad desde el propio guion y en cada fase de la producción, capacitando y empoderando a todo el equipo creativo. No es una capa que se añade al final; es parte del ADN de la obra.
Esto comienza, por supuesto, por la formación de los equipos creativos en accesibilidad y trato adecuado a personas con discapacidad.

Ejemplos tangibles de esta filosofía son «Tiempo de blues«, o nuestra reciente película «Inclusión – Más allá del cine«, estrenada este mismo año.
En ambos trabajos
- Contamos con la accesibilidad desde el guion, por lo que la obra recibió añadidos desde su primera fase para ser disfrutada por un público universal.
- Colaboramos con un gran número de personas con discapacidad, tanto delante como detrás de la cámara. Incluso, en 2018 testamos lo que actualmente se conoce como coordinador de acceso.
- Utilizamos el Informe de accesibilidad, una plantilla que mejora la accesibilidad de las obras audiovisuales.
- Además, creamos todos los materiales promocionales (tráiler, póster, etc.), de forma accesible, garantizando que el mensaje de inclusión sea coherente desde el primer contacto del público con la obra.
Hacia un cine inclusivo y eficiente: reflexiones éticas y económicas bajo la nueva ley
Un reciente artículo de El Diario.es ha puesto en relieve el creciente interés por la accesibilidad audiovisual, destacando la figura del coordinador de acceso. Sin embargo, en el contexto de la nueva ley, es crucial diferenciar entre las «adaptaciones» o «diseños especializados» y el principio de «diseño universal» que la ley prioriza. Y es que una figura externa nunca va a poder efectuar el cambio sistémico e industrial que necesita la industria y, por tanto, no va a poder «suprimir y evitar las barreras sistemáticas» que indica la ley.
Esto ya se refleja en ciertas entidades y universidades, que han mostrado contradicciones entre su discurso y su práctica, como demuestra la ausencia de accesibilidad en sus materiales o la publicación de documentos académicos que han requerido posteriores correcciones.

Por tanto, si la accesibilidad debe lograrse «preferiblemente a través de un planteamiento de diseño universal… sin necesidad de adaptación ni diseño especializado», la ley nos insta a una transformación profunda, donde la industria internalice el conocimiento y las prácticas inclusivas, fomentando la autonomía en la creación. Así pues, instituciones que trabajen la accesibilidad tienen ahora un mandato claro para efectuar esta transformación. Por ejemplo, la Academia Valenciana del Audiovisual, ya ha comenzado a aplicar adecuadamente políticas de diseño universal.
En conclusión
La Ley Europea de Accesibilidad es más que una normativa; es un llamado a la acción para que el cine español, con el respaldo de las instituciones y los fondos públicos, apueste decididamente por el Diseño Universal. Es el momento de trascender las soluciones fragmentadas y abrazar un Cine Inclusivo que sea, por diseño y desde su concepción, accesible para todas las personas. Este es el camino hacia un impacto social genuino que beneficiará a la comunidad con discapacidad y enriquecerá la cultura cinematográfica de nuestro país.